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Volvieron "Los monos enjaulados" para abordar, una vez más, una temática que implica situaciones de la vida cotidiana y que, hoy por hoy, se observan con cierta naturalidad: "Micromachismos".

Este fuerte tópico es el cultivo de formas de violencia de género o violencia machista, entre ellas incluye el maltrato psicológico, emocional, físico, sexual y económico, que se van naturalizando y de a poco, se convierten en violencia sutil, en acciones comunes legitimadas en entornos sociales.

Estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad de Congreso del Este, incursionaron junto a un equipo de profesionales de la disciplina sobre los Micromachismos.

En tanto señalan que, un claro ejemplo se da en la pareja, ya que se manifiesta como formas de presión para conseguir beneficios y reafirmar el poder del varón.

Existen varios tipos de Micromachismos, entre ellos:

– Utilitarios: Afectan principalmente al ámbito doméstico y abusan de las “supuestas” capacidades femeninas de servicio y de la naturalización de su trabajo como cuidadora. En la casa, un ejemplo claro de un hombre supuestamente colaborador se vería en la frase: “Cariño, ya te lavé los platos”. A lo que una mujer que lo detecte debería preguntar: “Sólo debo lavarlos yo! ¿Me hiciste un favor?”.

– Encubiertos: Son muy sutiles y buscan la imposición de las “verdades” masculinas Hay micromachismos en los silencios, en los paternalismos, en el “ninguneo” y en el mal humor manipulativo. Un claro ejemplo es: “No molesten a papá cuando llega de trabajar”

– De crisis: Surgen cuando ellas empiezan a romper la balanza de la desigualdad en la pareja y el varón para no perder su poder, control o lugar de privilegio apela a actitudes de victimización con frases como: “Hago de todo para vos y nunca te alcanza”

– Coercitivos: El varón usa la fuerza moral, psíquica o económica para ejercer su poder, limitar la libertad de la mujer y restringir su capacidad de decisión. Suelen afectar al espacio y tiempo de ellos y ellas; y pierden siempre las segundas. Se ven en quién ocupa el mejor sillón de la casa, quién tiene el control remoto del televisor, en cómo un hombre abre sus piernas y reduce el espacio de una mujer en un colectivo, etc. Además, el varón, cuenta con más ocio para sus cosas, se respetan las juntadas con amigos, pero cuando la mujer pretende lo mismo, encuentra mayores dificultades.

Para más información:

Bonino, Luis: “Varones y abuso doméstico", en P. Sanroman (coord.). Salud mental y ley, Madrid, AEN, 1991.
Bonino, Luis: “Hombres y violencia de género: más allá de los maltratadores y de los factores de riesgo” 2008.

Fuente: Estudiantes Universidad de Congreso zona Este.