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El viernes, después de pelear 63 días internado, volvió a San Martín y recibió un pequeño pero muy sentido homenaje de amigos y compañeros de trabajo en la explanada municipal.
Alguna vez la cultura popular dijo que la amistad es uno de los capitales más importantes de los seres humanos. Y la pandemia devolvió el poder de la frase que hasta el momento parecía haberse esfumado producto de la vorágine de la rutina. Este mediodía de viernes San Martín fue diferente, porque la guerra de COVID no pudo con un luchador y, así como se cuentan los avatares del conflicto, también se deben resaltar las batallas ganadas.
Marcelo Fortunato, empleado municipal que desde la década del 90 está apostado en la oficina de Prensa y acompañó con acciones la historia de San Martín. También desde su pasión por la batería, mantuvo en vilo por su estado de salud a decenas de alumnos que conforman la Escuela de Niños Bateristas. El Marce, como lo conocen todos, fue el tema de conversación constante y parte de las cadenas de oraciones de WhatsApp durante los últimos dos meses.
Desde el inicio de la pandemia y sabiendo que cada día de trabajo era una pelea con un enemigo invisible, Fortunato nunca faltó y junto al equipo de Prensa, entre otras áreas comunales, supo que su actividad era esencial. Periodista todo terreno, con la filmadora en brazo, el micrófono en mano o desde la PC, relató las actividades que la Comuna hizo durante 2020 para enfrentar a este maldito virus.
Estaba de licencia cuando sufrió el contagio. Fueron 63 días internado (buena parte de ellos en terapia intensiva) y tras un largo proceso de recuperación, volvió nuevamente a su hogar, victorioso. Festejará sin dudas el cumpleaños 51 el próximo 22 de abril y mirará sus huellas como trofeos de guerra. La condecoración de este viernes fue la de un nutrido grupo de amigos que se apostó en la esquina del Palacio Municipal para saludarlo en su vuelta a la casa.
Llegó escoltado por automóviles y a su lado Vito, que es su padre y su amigo. Desde el cielo, su mamá, con una sonrisa habrá sido gran testigo. Junto a él, su compañera de la vida, Fernanda. En otro vehículo su hijo Nicola y también otros parientes.


El intendente Raúl Rufeil se arrimó al auto, lo saludó con afecto y le pidió que siga así, cuidándose.
BATALLA DESCONOCIDA
Marcelo Fortunato es testimonio de la batalla difícil y desconocida que hoy da la humanidad. La mejor forma de rendirle homenaje es continuar con las medidas preventivas: el distanciamiento, el barbijo, la higiene de manos y la empatía, son la fórmula para hacer frente a la pandemia.
Los aplausos y las lágrimas de emoción se fundieron con las bocinas, y cambiaron por un segundo otro día gris de contagios. Hoy, Marcelo está en su casa y su recuperación es una gran noticia para sus seres queridos y la mejor primicia que puede dar la oficina de Prensa.

Fuente: Prensa MGSM