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Maximiliano Garrido, coordinador del área de juventud de la Legislatura de Mendoza, solicitó a 2634 diario la publicación de una nota de opinión sobre Educación Ambiental.

Estamos transitando una crisis climática de gran magnitud, que cada día afecta más a todo el mundo y en algunos casos de forma irremediable. ¿Y saben qué? Seguimos con nuestra vida como si nada pasara, conviviendo con desinformación y promesas falsas. La falta de políticas públicas, sumado a tratados internacionales que no atacan efectivamente el problema, a cumbres que solo se quedan en el “bla, bla, bla y nunca resuelven nada sustancialmente”, como lo dijo Greta en el Foro económico mundial, y al poco acompañamiento del sector público y privado, van vulnerando la vida de la población mundial, además de estar perjudicando nuestro entorno por no hacer lo suficiente. La suma de todos estos factores genera que estemos dejando un panorama catastrófico a las próximas generaciones.
Hace tiempo leí una frase que decía: “Tenemos que entender lo que nos ha dejado la generación anterior, el desastre que ha creado y que tenemos que limpiar. Tenemos que hacer que se escuchen nuestras voces”. Sin lugar a dudas es un mensaje que busca contagiar en la juventud ese espíritu de transformación y de cambio que tanto nos representa. Las nuevas generaciones hemos sido un punto de quiebre muy importante en lo que al cambio climático respecta, siendo claro ejemplo de ello son las manifestaciones en distintas partes del mundo como en Suecia, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Argentina, entre otros, en las que se reclama por acciones concretas bajo el lema “No hay planeta B”.
El movimiento Fridays for Future es ejemplo de estos aportes. El mismo fue fundado En 2018 por una chica de tan solo 16 años, que muy probablemente hayas escuchado nombrar: Greta Thunberg. Este movimiento viene creciendo exponencialmente en todo el mundo y se manifiesta para reclamar acción contra el cambio climático.
Se preguntarán cómo una joven de tan corta edad alcanzo un reconocimiento mundial en tan poco tiempo. Su militancia ambiental, su carisma, la forma de enfrentarse a grandes líderes mundiales sin titubear ni un segundo, sus discursos tan claros y prometedores, la hacen que hoy día una referente mundial que inspira a millones de jóvenes a luchar por el cuidado ambiental, y demuestra, nuevamente, como las juventudes cuando quieren lograr algo lo consiguen. Para cambiar el mundo hay que hacer ruido y desde distintas partes del mundo están demostrando que esta generación está dispuesta a remediar errores del pasado.
El cambio climático es una crisis que nos afecta a todas y todos de forma transversal. Un informe realizado por la Germanwatch asegura que más de 475.000 personas fallecieron en el mundo a consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos desde el año 2000. En el mismo informe se concluye también que cada vez que la temperatura aumente, se elevarán el número de muertes.

El informe es solo es una aproximación a la vulnerabilidad de los países frente a los sucesos meteorológicos. Miles de víctimas fueron golpeadas por estos fenómenos extremos, como inundaciones, olas de calor, tormentas, entre otros. Esta crisis no solamente tiene efectos devastadores para la salud las personas y las económicas mundiales, sino también para el ambiente, su degradación y destrucción de ecosistemas.


Es hora de redoblar apuestas, de no quedarnos callados, El tiempo no se detiene y si no generamos acciones concretas que aborden estos hechos vamos a vernos envueltos en una situación crítica en un futuro cercano. Diariamente vemos especies extinguirse, ríos o lagunas secarse, glaciares derretirse, y les aseguro que esto no es una película de ciencia ficción por más que sean hechos que creemos irreales.

Hay gobiernos que priorizan el desarrollo sostenible y el cuidado ambiental como ejes de su gestión, y empresas que aportan al cuidado ambiental o al triple impacto, siendo estos para muchos un faro de esperanza, pero al ser los menos resulta insuficiente. Si la ciudadanía continua indiferente no se logrará remediar la crisis. Hay que incentivar a nuestros conocidos para que se involucren, contribuyendo desde donde se pueda con iniciativas, acciones y concientización. Hay que exigirle a los sectores público y privado que su aporte al cuidado ambiental se triplique.

En este cambio cultural de acercar al ciudadano a involucrarse en cuestiones de protección ambiental, es indispensable que nuestro país agregue a la currícula educativa la materia ambiental y su protección. Es momento de dejar de lado los partidismos y oportunismos políticos, dado que esto los excede, y buscar los concesos que sean necesarios para avanzar en la temática de educación ambiental, en busca de una ciudadanía que entienda la importancia de su rol en la preservación del ambiente.

Pensemos cual es el mundo que le queremos dejar a las futuras generaciones y cual es nuestro rol en esta lucha. ¿Somos simples espectadores o contribuimos para dejar un mejor legado?¡Ley de Educación Ambiental Ya!

Maximiliano Garrido, coordinador del área de juventud de la Legislatura de Mendoza.