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Luchemos por la Vida llevó a cabo un nuevo estudio que analiza el comportamiento de los ciclistas. El mismo pone en evidencia que éste grupo carece en su mayoría de conciencia de su propia fragilidad como riesgo en el tránsito y los convierte en los usuarios más vulnerables en la vía pública.

Por lo tanto, ésto explica que gran parte de ellos no haga uso del casco,  su principal salvavidas, ni coloque las luces reglamentarias ni reflectantes a su bicicleta, y mucho menos se preocupe por usar ropa clara para aumentar su visibilidad. Los ciclistas pasan por alto el hecho de que su poca masa los hace menos perceptibles para quienes manejan otro tipo de rodados.

Las bicicletas hoy son un vehículo más en el tránsito, deben obedecer las normas como los demás, respetar la prioridad peatonal, y detenerse frente al semáforo rojo sin realizar maniobras que puedan llegar a perjudicarlos como a los demás conductores.

Las consecuencias de éstos descuidos son trágicas, se estima que 436 ciclistas murieron el pasado año en siniestros de tránsito en el país.

Luchemos por la Vida busca como logro concientizar a la comunidad, y  que se entienda que dicha realidad puede cambiar si se educa vialmente a niños como a jóvenes controlando su comportamiento, además de facilitarles vías seguras de circulación.

Por Redacción