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Este miércoles se aprobó en la Cámara Baja el proyecto de ley que pretende regular la venta del Misoprostol (medicamento para abortar) en farmacias y combatir así el mercado negro.

La iniciativa fue aprobada por 26 votos positivos, 21 negativos y un ausente.

A Diputados llegaron dos despachos. El primero, con mayoría y que logró media sanción, propone derogar la normativa 8.116, que rige actualmente y limita el uso del fármaco al ámbito institucional prohibiendo su venta en Mendoza. El segundo, por minoría, pedía el archivo del proyecto en la Legislatura.

El principal argumento a favor, fue que hay 22 provincias en que el Misoprostol se vende con receta archivada en las farmacias, tal como lo establece la ANMAT, que es el ente que decide qué medicamento se vende y bajo qué condiciones.

"Es una iniciativa que iguala a Mendoza. No puede ser que la venta del medicamento este obstaculizada por una normativa provincial que decide sobre algo que no es su terreno de acción", explicaron Ilardo (Unidad Ciudadana) y Ana María Andía (UCR)

El principal argumento de quienes se oponían a la iniciativa, fue que se buscaba "legalizar el aborto en forma encubierta". La respuesta de varios diputados fue que no se trataba de ampliar los límites de lo establecido en los casos de interrupción voluntaria del embarazo (ILE), sino que se mantendría el mismo marco jurídico y se evitaría el mercado negro, brindándoles a las mujeres la posibilidad de hacerlo en la intimidad de su casa.

"Destaco que se daría en el marco de la legalidad, por lo que no es un equivalente a aborto libre, que fue lo que muchos dijeron erróneamente", dijo la autora del proyecto.

"Tanto en el caso de violación como el de tener que abortar porque el feto murió, son situaciones muy dolorosas. Si fuera yo, quisiera hacerlo en la intimidad de mi casa y acompañada por las personas que considere mejor. Siempre respetando todas las indicaciones y controles", puntualizó Sanz (UCR).

Uno de los momentos que generó el abucheo dentro de Diputados, fue cuando Pablo Priore (PRO) manifestó que la gente humilde no aborta.

"No estoy de acuerdo con que utilicen la pobreza y las malas condiciones en que se da un aborto, como justificativo de este proyecto. Esto no es para la gente humilde, la gente humilde no aborta", afirmó.

En cuanto a este tema, las opiniones fueron divididas. Por un lado, consideraron que "la gente pobre" no iba a ir a comprar a la farmacia. Por el otro, se defendió que debían garantizar las mejores condiciones, calidad y acceso cuando se daba un caso de ILE.

La cuestión de la calidad y evitar el mercado negro, también generó discordia.

"Se quiere flexibilizar como con el fallo FAL. Las condiciones están dadas para que en casos de ILE la mujer pueda abortar. Esta iniciativa quiere ampliar más allá de la ILE las posibilidades abortivas", señaló Marcos Niven (PD).

En la vereda opuesta, Cristina Pérez (PJ) sostuvo que si bien está en contra del aborto, es una realidad, y su trabajo era que se garantice la calidad del Misoprostol.

Fuente: UNO