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Así lo estableció la necropsia al cadáver de Sergio Lobos, el carpintero oriundo de Palmira, hallado hace poco más de una semana en Maipú. Pese al suicidio del principal sospechoso, para los detectives "la investigación recién empieza".

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"La investigación recién empieza", afirmó una alta fuente judicial acerca de la causa por el crimen del carpintero Sergio Lobos (63), quien fue hallado asesinado hace poco más de una semana a la vera del Río Mendoza, en Maipú.

En las últimas horas, el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello recibió un adelanto del informe de la necropsia que estableció que al hombre lo ultimaron de un fuerte golpe en la cabeza, más precisamente en la frente, con un elemento contundente, probablemente un fierro. El ataque le provocó hundimiento de cráneo y fue letal.

Pese al suicidio del principal sospechoso del caso, Víctor Hugo Zalazar (37), el expediente está lejos de ser archivado. Los pesquisas aguardan todavía el resultado de una serie de peritajes, análisis de telefonía y cotejos genéticos que podrían abrir el juego.

Desde el inicio de la instrucción se estudia la posibilidad de que Zalazar no haya actuado en soledad en la planificación y ejecución del robo de la camioneta, en el que terminó por quitarle la vida a Lobos, de acuerdo con la hipótesis oficial.

Existe una posibilidad latente de que un tercero haya tenido algún tipo de participación en el hecho. Esto, principalmente, porque el presunto autor le había mencionado a Lobos sobre un conocido que vendía una barra antivuelcos, accesorio que la víctima estaba buscando adquirir para su Ford Ranger.

Aún hay dudas sobre la existencia o no de ese "conocido" de Zalazar. Por eso se trata de establecer si sólo fue un invento para concretar el engaño, y posterior robo, al carpintero o realmente había una persona que tenía a la venta esa autoparte. 

En tanto, para continuar con el esclarecimiento del caso, se continúa con la búsqueda del celular de la víctima, que todavía no fue habido. Allí podría estar la clave para despejar algunas de las incógnitas que se mantienen en la investigación.

El caso

Todo comenzó el martes 21 por la tarde, cuando Lobos salió de su casa de Palmira, San Martín, para comprar una barra antivuelcos en la localidad maipucina de San Roque.

Según la había comentado a sus familiares, en ese distrito debía reunirse con Zalazar, un obrero que había conocido recientemente en una construcción y que le había mencionado que tenía un conocido que vendía ese accesorio para la Ford Ranger que la víctima utilizaba para sus trabajos.

Pero Lobos jamás regresó a su casa. Al día siguiente, un hijo de Lobos se comunicó con Zalazar, pero este le aseguró que su padre nunca llegó al encuentro que habían pactado.

No obstante, cuando policías se dirigieron a la casa del sospechoso, en el barrio Carril Viejo, y entrevistaron a su pareja, la mujer les indicó que la noche del martes su cónyuge había llegado al domicilio con una camioneta Ford Ranger blanca y aseguró que la había comprado.

Incluso, la testigo les detalló una serie de llamativas actividades que realizó Zalazar luego de eso: se bañó, lavó su ropa y también el rodado que supuestamente había adquirido.

Ese mismo miércoles por la tarde, familiares de la víctima hallaron la camioneta en estado de abandono a unos 500 metros de la casa de Zalazar. Tenía las llantas pintadas de un color diferente y le habían quitado los estribos.

Cuando personal de la Policía Científica descubrieron lo peor: en el interior había manchas de sangre. A partir de allí, los detectives supieron que estaban frente a un posible homicidio en ocasión de un robo.

Así, se continuó con la búsqueda de la víctima y del principal sospechoso, cuyo cadáver terminó siendo hallado por parientes de Lobos la tarde del viernes 24, antes de la Nochebuena, detrás del cementerio de Santa Blanca.

En tanto, los rastrillajes familiares también permitieron dar con el cuerpo de Lobos el 27 de diciembre, a la vera del Río Mendoza, en la zona limítrofe entre los distritos de Barrancas y Fray Luis Beltran, a unos ocho kilómetros del lugar donde se concentró la búsqueda policial.

Fuente: El Sol