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El comisario Dino Rossignoli fue detenido el miércoles pasado y poco después el juez Marcelo Garnica firmó varias imputaciones. Lo que se encontró, la estructura de la presunta banda y los próximos pasos de la pesquisa. Hay 4 prófugos por el caso de las cuevas financieras.

La captura del jefe de la Policía Federal en Mendoza, Dino Rossignoli, causó estupor esta semana. En la mañana del viernes trascendió que el efectivo enfrenta imputaciones por cohecho (cobrar coimas) y por ser miembro de una asociación ilícita.

Por otra parte, Diario UNO pudo saber que se realizaron este mismo viernes 5 detenciones más, en una nueva tanda de procedimientos que continuó lo realizado el miércoles contra una presunta banda dedicada al lavado de activos y la venta ilegal de dólares.

Hasta donde se sabe, la gavilla estaba encabezada por los jóvenes Nicolás Bazán y Renzo González. Por debajo iban el padre de Nicolás, Ernesto; el propio comisario Rossignoli, una contadora, 3 agentes de seguridad y 4 individuos que habrían sido los encargados de las cuevas financieras.

De esas 12 personas, 8 ya están detenidas, entre ellos los cabecillas y el jefe policial. El resto no pudo ser ubicado porque se desconocía su domicilio o porque en el lugar donde se los buscó no estaban. Sin embargo, tienen pedido de captura.

La "causa madre" que terminó salpicando a la Policía Federal

El juez a cargo del expediente es Marcelo Garnica. Y la investigación comenzó con un paciente trabajo de seguimiento. A lo largo de meses, agentes de la Policía Contra el Narcotráfico (PCN) monitorearon los movimientos de varias cuevas en el centro de la ciudad.

Los reductos estaban disimulados bajo la apariencia de joyerías, con la marca Stefano Cannella.

De este modo, el 6 de julio se concretaron 22 allanamientos, se secuestró documentación y -aunque en aquel momento no hubo detenidos- se inició el análisis del contenido de varios teléfonos.

En esos dispositivos se hallaron mensajes dirigidos al comisario Rossignoli. Incluso se enviaban fotos con lo que parecía ser el cierre de caja diario de las cuevas. En las planillas figuraba un ítem sospechoso: aparecía el total ingresado más un dinero puesto aparte. Y al lado las siglas "PF"; que coinciden, claro, con "Policía Federal".

Asimismo, se detectaron encuentros entre el comisario y el resto de la banda. Al conocerse todo eso, se abrió un nuevo legajo para analizar lo que se iba descubriendo, aunque a la larga toda la pesquisa terminó integrada.

La reacción en la Policía Federal

La detención de Rossignoli generó inquietud en las filas de la Federal, al punto de que llegaron desde otras jurisdicciones autoridades de asuntos internos para preguntar si existían más involucrados dentro de la división mendocina de la fuerza.

"Es lógico, porque llamó la atención que fuera el jefe policial en persona el que iba a esos encuentros con los presuntos cueveros. Uno tiende a creer que un tipo así mandaba a subalternos. Pero -al menos por lo que se sabe hasta acá- iba él", comentó una fuente que conoce el caso.

Por ahora, sólo Rossignoli quedó involucrado entre quienes están en funciones dentro de la PF. Igual durante los operativos de esta semana se secuestraron varios teléfonos más y no se descarta que pueda haber nuevas acusaciones.