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Eva Santa del Pueblo. Ése es el sueño del Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) que presentó una carta al cardenal Mario Poli solicitando que se iice el proceso de beatificación de María Eva Duarte de Perón, la segunda esposa de Juan Domingo Perón.

"A cien años de su nacimiento, superadas dilaciones y divisiones inconducentes para el bien común, cundo su figura y obra han alcanzado el justo valor trascendente que poseen para nuestro pueblo y para todos los pueblos del mundo con sed de justicia, solicitamos que nuestra Iglesia acompañe el sentir popular y la coloque en los altares oficiales para felicidad de nuestros fieles y santos", resume la carta enviada por los sindicalistas.

Consideran que "el renacimiento de la Argentina está cifrado en la recuperación de las fuentes espirituales de la nacionalidad. Y circunstancias únicas nos vuelven a dar esa oportunidad".

La CGT ya había presentado informalmente el pedido al papa Francisco en mayo y es en él en quien se apoyan para reiterarlo, ahora de manera formal: "El pontificado de Francisco puede alumbrar un camino, si estamos dispuestos a andar las huellas que dejaron nuestros mejores hombres y mujeres".

La carta está firmada por José Sola, Julio Piumato, Carlos Acuña y Hector Daer.

 

Qué se necesita para ser considerado un Santo por el Vaticano
El padre Guillermo Marcó explicó que "Tiene que haber un sacerdote que postule a un candidato y el primer proceso consiste en aceptar los motivos del postulador, que debería ser un cura de donde era el candidato". De ahí que se presentó la carta ante el cardenal de Buenos Aires.

"Luego de reunir testimonios de quienes hayan conocido al postulante, y antes de considerarse la beatificación y canonización, el caso debe ser aceptado en Roma donde se declara a la persona ‘sierva de Dios’". Los sindicalistas argentinos confían en que con el papa Francisco el apoyo en Roma esté asegurado.

Así, en caso de que Poli tome el mandato y avance con la presentación, Eva debería ser declarada venerable por el Vaticano. Esa etapa no es tan sencilla, dado que requiere una serie de pasos que requieren que un tribunal, una comisión de censores y el relator de la causa evalúan escritos y testimonios y elaboren un documento con las virtudes del o la candidata.

Ese documento "positivo" tiene que ser evaluado y discutido por una comisión de teólogos, cardenales, obispos y la Congregación para las Causas. Y el último paso es la firma de un decreto del Papa con el que declara "siervo de Dios" al candidato. Ahora bien, para que culmine el proceso es necesario que aprueben dos milagros atribuibles al venerable, salvo que la persona sea reconocida como mártir.

En ese caso sería el Colegio de Cardenales el que debería evaluar si Evita sufrió persecución y muerte por defender una causa religiosa o ideológica.

Por redacción.