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Algunas escuelas estatales ya cuentan con un sistema biométrico para controlar el ingreso y egreso del personal. Esto por decisión de la Dirección General de Escuelas, que dispuso que este mes comenzaran a instalarse los equipos, tal cual lo hizo saber a través de un memorándum dirigido a cada establecimiento. 

“La Dirección General de Escuelas comunica, por medio de un memorándum emitido por la subsecretaría de Administración, que comenzará a partir del 2 de julio la instalación, según cronograma progresivo, de los relojes biométricos para el control de asistencia de todo el personal docente y no docente de todas las escuelas de gestión estatal de todos los niveles y modalidades”, informaron desde el gobierno escolar.

En el memorándum se explica cuál será el procedimiento, los datos de los 12 instaladores y un listado de las escuelas en las que se iniciará la colocación con las fechas estipuladas para que ocurra. la primera etapa incluye a 170 establecimientos de Capital y Godoy Cruz.

El sistema biométrico -que ya se utiliza otros ámbitos, incluidas empresas privadas- trabaja por reconocimiento de rostro o huella digital. En los escuelas de Mendoza se utilizará el primero.

Gabriel Sciola, subsecretario de Administración de la DGE, explicó que estas máquinas en una etapa anterior ya se colocaron -a modo de prueba piloto- en 150 escuelas técnicas y centros de capacitación para el trabajo. Y señaló que los resultados han sido buenos, por lo que se ha decidido avanzar sobre el resto de los 1.558 establecimientos públicos.

La inversión -$ 25 millones- ha sido cuestionada por el SUTE. Se hace con fondos nacionales y apuntan a la modernización del sistema educativo, según manifestó Sciola. Por ello, implica además avanzar en la conectividad a internet de los colegios. Destacó que cuando se culmine, Mendoza será la primera provincia en tener cobertura con este sistema en todas las escuelas estatales.

“El beneficio principal es el de liquidaciones. Nos simplifica muchísimo la tarea como a cualquier empresa privada y estatal, porque se usa un mecanismo on line de asistencia sin intervenir con papeles y burocracia. De esta manera se evitan problemas de malas liquidaciones”, explicó el funcionario.

Hasta ahora los docentes marcan su ingreso y egreso firmando planillas. Cuando la tecnología se active, la información llegará directamente al sistema de Gestión Administrativo de la DGE sin intermediarios.

“No es un sistema de control, es de asistencia”, subrayó Sciola: “Llevamos colocados 36 biométricos, estimamos que estará listo en octubre”. Y aclaró que los que están instalados aún no se están utilizando para la marcación horaria.

A mediados de mayo se conoció que el Gobierno tenía en estudio el fortalecimiento de los controles de “barrera” de los empleados públicos. Una de las posibilidades que baraja es justamente la instalación de relojes biométricos en las reparticiones.

Como se publicó el 19 de mayo, se buscará centralizar la gestión del control de los empleados, tanto lo referido a sus movimientos de ingreso y egreso como también las sanciones que se les apliquen a través de sumarios.

Así, se espera conformar la “oficina central de sumarios” y generar un“protocolo de control de permanencia” de los empleados en sus lugares de trabajo. También se apunta a aplicar “procedimientos de sanciones” en los casos en que correspondiera.

Desde el gremio docente (SUTE) manifestaron su desacuerdo con la medida. En un comunicado, cuestionaron que se invierta dinero en este tipo de controles cuando las escuelas tienen problemas de infraestructura, de recursos y de índole social sin resolver. Y subrayaron que la DGE está dejando claro que lo más le interesa es “el control y la persecución”.

“Escuelas con problemas de electricidad, de calefacción y de infraestructura en general (se llueven, se caen por pedazos, se arruina material), que pierden clases por problemas de cloacas, de baños, de agua, etc.; escuelas que funcionan en edificios prestados, casas, galpones, que no tienen lo básico para una educación de ‘calidad’; escuelas que viven del autofinanciamiento por cooperadoras, donaciones, rifas, etc.; escuelas que sufren situaciones de vandalismo constante y pierden lo poco que tienen; escuelas que hacen malabares con las meriendas y con los abonos estudiantiles; escuelas que enfrentan situaciones de violencia, adicciones y otros emergentes sociales, sin recursos, con poco personal y con menos apoyo. Y un largo etcétera”, enumera el comunicado del SUTE.

Y agrega: “Escuelas que no saben dónde está el gobierno, hasta que aparece con un control biométrico a decirnos: ‘de todo lo que sucede en el sistema educativo, lo más importante es controlarlos a ustedes’”.

El comunicado no se queda allí y remata: “Lo único que puede perfeccionar el gobierno son los mecanismos de control y persecución. Pero ‘no puede’ implementar ningún mecanismo de resolución de problemas como las malas liquidaciones constantes; el recupero de haberes que no implique más problemas para quien le descontaron mal el salario; los infinitos trámites burocráticos a los que nos someten, entre otros”.

Por su parte, Sciola le contestó al sindicato: “Hasta la fecha en la gestión llevamos invertidos $ 875 millones en infraestructura  escolar, se están cambiando 66 techos completos de escuelas, es poco para las condiciones en que encontramos los establecimientos educativos, pero es una inversión histórica que viene  a complementar el sistema de gestión para mejorar”.

Fuente: Medios.