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 Los casos de sífilis en Mendoza aumentaron casi el doble en los últimos tres años. En 2015 se detectaron 190 personas con esa enfermedad de transmisión sexual; en 2016 hubo 400 casos y en 2017 se contabilizaron en la provincia 440. Todos reportados en el ámbito público. Por eso se estima que la cifra sería mayor si se sumaran los que se presentan en el sector privado.

Así lo indicó Andrea Villalba, jefa del servicio de Infectología del Hospital Lencinas. "Hay una reaparición de enfermedades que se creían desaparecidas pero en la actualidad van en aumento y esto lo vemos a diario. Nos solamente sífilis sino otras como gonorrea, virus del papiloma humano y herpes genitales, entre otras", afirmó la especialista.

Aclaró que la sífilis se cura con penicilina y que en la primera etapa aparece sin dolor. Sólo dan cuentan de su presencia unas llagas que a los pocos días desaparecen.

"A los 3 meses se presenta una etapa secundaria que se manifiesta como una reacción en la piel, que a veces pasa desapercibida y si no se diagnostica a tiempo con los años comienza a desarrollar complicaciones a nivel cardiovascular y neuronal", advirtió la experta.

Por eso aconsejó realizarse controles anuales a través de un análisis de sangre, ya que muchas veces esa rosácea que aparece en la segunda etapa lleva a concurrir al dermatólogo, que en ocasiones puede dar un diagnóstico inadecuado por confundirse, por ejemplo, con una eruptiva común.

"Hay una baja percepción del riesgo que supone no utilizar preservativos, sobre todo entre los jóvenes, y mucho tiene que ver porque no hay campañas de difusión del tema. Es una enfermedad prevenible y evitable", explicó Sergio Saracco, jefe del departamento de Toxicología de la provincia y rector del Observatorio de Salud Pública y Problemáticas de Consumo de la UNCuyo.

El especialista añadió que por las distintas prácticas sexuales, como por ejemplo el sexo oral, muchas veces quienes hacen el diagnóstico son los odontólogos debido a la aparición de las llagas características de la enfermedad.

También insistió en hacerse controles periódicos sobre todo aquellos que tienen una vida sexual activa, y utilizar preservativo en cualquiera de las prácticas sexuales.

Pero no sólo en nuestra provincia, los casos de esta enfermedad, que podría prevenirse utilizando preservativos, aumentaron sino que en Argentina se triplicaron en los últimos años (del 2011 al 2017), según un informe del Ministerio de Salud de la Nación.

Mientras que en 2011 se notificaron 3.875 casos, en 2017 se reportaron 11.709, la mayoría en jóvenes de entre 17 y 30 años.

La sífilis es producida por la bacteria Treponema pallidum.

Se contagia al mantener relaciones sexuales vaginales, orales o anales sin preservativo con una persona infectada, y también hay transmisión de madre a hijo en el embarazo.

El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre, mientras que la patología se trata con un antibiótico (penicilina).

Los síntomas aparecen 20 días después de que el virus entra al organismo y ocurren en tres etapas.

Al comienzo se perciben unas pequeñas llagas en la vagina, pene, ano o boca, que no duelen y desaparecen sin tratamiento luego de 15 días.

Seis meses después puede aparecer una erupción en el cuerpo, acompañada de fiebre y caída del cabello.

Finamente la bacteria queda en la sangre y con el tiempo puede derivar en demencia, ceguera, parálisis y otras enfermedades graves.

Para los especialistas en enfermedades de transmisión sexual aún sigue siendo fundamental que desde el Gobierno, la comunidad médica y la sociedad civil se refuercen las campañas de concientización, educación y difusión sobre la prevención con el uso del preservativo y la detección precoz mediante los testeos para minimizar los riesgos.

En cuanto a la transmisión de madre a hijo, que puede provocar abortos y discapacidades en el recién nacido, los especialistas señalan que una de las causas por las que la embarazada no recibe el tratamiento adecuado es "la dificultad para la aplicación de penicilina benzatina en centros de atención primaria por una sobreestimación del riesgo de alergias severas a ese antibiótico".

Fuente: Medios.