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La mañana del martes pasado Dante “El Gringo” Beneite de 54 años, un conocido empresario de La Paz, fue hallado por una de sus hijas asesinado de cinco disparos en el dormitorio de su casa.

El brutal crimen conmocionó al departamento del Este y, en menos de tres días, el caso parece estar resuelto, incluso antes que los resultados de las pericias.
La noche del jueves el principal sospechoso, un socio y compañero de “timba” de Beneite, se presentó ante el fiscal Héctor Gustavo Rosas.

Confesó el crimen y contó cómo una discusión por una deuda desencadenó en el sangriento hecho. El hombre también indicó el lugar donde ocultaba el arma homicida y lo detuvieron. Por otro lado, se descartó la participación de un tercero.

José Pietropaolo (40), el supuesto homicida, estuvo desde el primer momento en la cabeza de la lista de sospechosos. Un testigo lo ubicó en la escena del crimen en la mañana del martes y el fiscal Rosas detectó circunstancias que le “llamaron la atención”.

Por esto, durante la mañana del jueves se allanaron cinco propiedades vinculadas a Pietropaolo: su casa, la vivienda de su madre y algunos comercios. En estos inmuebles los efectivos secuestraron una vaina calibre 9 milímetros, dinero y la camioneta que habría utilizado durante la noche del asesinato.

La entrega

En medio de los operativos, el fiscal citó al sospechoso para tomarle declaración informativa, pero Pietropaolo se abstuvo de brindar detalles. Aunque horas más tarde regresó a la fiscalía acompañado por dos abogados y confesó ser el autor del crimen.

“El móvil no fue por una deuda de juego”

Beneite y Pietropaolo frecuentaban lugares de “timba” clandestina, donde en una partida de cartas o dados las apuestas solían alcanzar sumas que pondrían nervioso hasta al más experimentado.

Por esto, el rumor de que la víctima había tenido una noche de suerte en la que el mayor perjudicado había sido el victimario, corrió extraoficialmente entre los pobladores de La Paz.

Sin embargo, esto fue descartado por el fiscal tras la declaración del imputado.
Pietropaolo relató que esa noche fue hasta la casa de “El Gringo” -ubicada en el kilómetro 899 de la ruta 7, a unos 500 metros del peaje y a no más de tres del ingreso a la villa cabecera del departamento- con la intención de cobrar el 50% de la panadería que le había vendido meses atrás.

Beneite todas las mañanas atendía religiosamente esa panadería. Las persianas bajas durante la mañana del homicidio preocuparon a sus familiares, por lo que una de sus hijas fue hasta su vivienda y lo encontró acribillado.

Pietropaolo asegura que la víctima le debía la mitad de la transacción ya que la segunda entrega había sido con cheques que nunca llegó a cobrar.

“Él me atacó primero”

Esa noche, el reclamo por la deuda fue ganando en violencia hasta que, según declaró el imputado, Beneite sacó un arma y ambos empezaron a forcejear. La pistola terminó en el piso, Pietropaolo la tomó y disparó contra “El Gringo” hasta vaciar el cargador porque “se le venía encima”.

A la espera de pericias

El detenido le indicó al fiscal Héctor Rosas dónde había escondido el arma homicida, que ya está en poder de la Justicia.
Ahora los peritos determinarán si las balas extraídas del cuerpo de Beneite (“tenía dos proyectiles intactos”) salieron de esa misma pistola.

"La piedra angular de la investigación de cualquier crimen es la preservación de la escena, y en este caso se trabajó bien pero todavía hay que esperar el informe de las pericias de Científica", sentenció Rosas.

"Si bien Pietropaolo confesó todo, tenemos que certificar su relato con los resultados de las pericias. La causa avanzó tan rápido que la confesión llegó antes que los resultados", concluyó el investigador.

José Pietropaolo fue imputado por "homicidio agravado por el uso de arma de fuego".
Está alojado en la comisaría de Santa Rosa y en breve será trasladado a la Penitenciaría Provincial.

Fuente: Los Andes