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Será muy dificil separar al departamento de San Martín del tradicional café American Pool. Los factores que llevaron a Jorge Cadus, dueño del café bar, a cerrar este local comercial son muchos, algunos comunes a todos, otros personales. Pero sin lugar a dudas, el Este de Mendoza, pierde un hijo simbólico, un referente de la comunidad y muchas historias que pasaron en esas nubosas noches de nicotina, mesas de pool y tradicionales tragos.

Ubicado en la "zona de cafés" de San Martín, numerosos viajantes y gente de negocios eran dirigidos por muchos vecinos como punto de encuentro. Otros buscaban los tradicionales panchos, muchos jóvenes mataban sus horas de "rateadas" en una mesa de pool o una mesa llena de migas y vasos con gaseosa. Algunos abuelos buscaban los juegos lúdicos, y los fines de semana, la previa y la movida nocturna pasó durante muchos años en las veredas del Américan Pool. Según algunos gastronómicos vecinos, aseguran que innovó en el Este cuando aparecieron en sociedad las famosas jarras ferneteras de litro, el ritual perfecto de la charla y amistad, sentado sobre Avenida Bolougne Sur Mer.

En invierno, los que no gozaban del cálido interior, con sonido a golpes de bolas plásticas de las mesas de pool, escuchaban bandas en vivo sobre la vereda acondicionada con nylon para contener el calor. Siempre limpio, coqueto, aunque era común un mantel con un agujero negro producto de algún cliente descuidado que dejaba su sello de calidad con el carbón encendido del cigarro. Algunos años anteriores funcionó un billar que albergó verdaderos talentos de la especialidad. "Daba gusto verlos jugar", dice uno de los últimos clientes que se toma el cortadito y versa sobre las tardes de sábados en el American.

A la vera de las mesas de juegos, pequeñas repisas que funcionaban a la perfección para contener cervezas y platillos de mani. En los 90 fueron ceniceros de metal, algunos se acordarán de los tradicionales colores metalizados de esos recipientes. A comienzos del 2000 fueron los descartables con el clásico color plateado que tiraban más cenizas al exterior que lo que contenían. "Eso sí, cuando asistía a la sala de juegos llena de hombres una señora, una novia o niños, nunca hubo faltas de respeto porque el lugar era extremadamente familiar. Por el contrario, eran los mimados y premiados por muchos clientes que se acercaban para compartir un Chiclets Adams o caramelitos media hora del kiosco de al lado", comenta de Don Riquelme, un septuagenario transeúnte que se ofrece de historiador.

"Los motivos del cierre son varios que se fueron sumando con el tiempo. Un poco el cansancio de tantos años de trabajo con los horarios muy extendidos, también cuestiones económicas, que hicieron que tomara esta decisión. Te vas desgastando y no tenés las mismas ganas. Hay que darle paso a otra gente", menciona Jorge Cadus, dueño del lugar.

También en las redes sociales aprovechó para despedirse. "Quiero agradecerles a todos los que como clientes, amigos y proveedores nos acompañaron durante 30 años de muchas alegrías y tiempo vivido en este lugar que ha sido mi casa. Hoy se cumple un ciclo, y como todos los ciclos tienen un final, algunos se reinventan, otros cambian. A tocado cambiar, nuevas propuestas, nueva gente. Espero que todos los que alguna vez entraron a American Pool, tengan buenos recuerdos, de eso se trata, permanecer, gracias", expresó el querido "pelado", mote generado por los clientes a Jorge, el emblemático referente comercial del American Pool.

Por redacción.