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Parecía que no, pero el DT interino Sebastián Battaglia decidió incorporarlo en el campo de juego ante San Lorenzo en el torneo de Super Liga los últimos minutos. El resultado será sólo anecdótico, pero Lucas Palma con tan sólo 18 años, inició su actividad futbolística con la primera división del xeneise. De chico vino hasta el departamento de Maipú con su familia en busca de sueños. Mucha carencia y miles de sinsabores a cuesta. Hizo de todo para sobrevivir, incluso la cosecha de aceitunas era uno de los pocos sustentos de la familia Palma. Pero el talento de Lucas ya planificaba un gran horizonte.

Ya había compartido el banco de suplentes en el último partido que disputó Boca contra Banfiel después que se le impusiera al club porteño jugar con jugadores de inferiores mientras las grandes figuras mantenían la cuarentena obligatori. Consecuencia del bochornoso suceso en tierras brasileras. Miguel, su papá, tiene 57 años y trabaja como podador de viña en un terreno ubicado sobre ruta 60 . Su esposa, Olga (mamá del futbolista) no tiene trabajo ya que padece epilepsia. La zona de canal Pescara es considerada una zona roja en ese departamento mendocino. Esa es la familia de Lucas, carente de posibilidades económicas pero millonaría en felicidad al ver que un miembro de la familia fue la opción del director técnico de uno de los equipos más importantes del mundo.

Su familia lo miró por TV

Durante la mañana de martes, se conoció la historia por canal 7 de Mendoza, que su familia juntó los pocos pesos que tenían para comprar un pequeño smart TV y mirar a Lucas. La historia que compartió la familia Palma recorrió todo el País y conmovió a miles de fanáticos que pidieron por la titularidad del joven maipucino.

"La mayoría en la casa somos fanáticos de Boca, y yo soy uno de ellos. El sábado estábamos todos atentos, expectantes a ver si le daban unos minutos. Pero siempre acompañando y tranquilos, sabiendo que ya se le va a dar. Ojalá pueda ser, contra San Lorenzo“, presagió horas antes Carlos, el hermano mayor de Lucas y quien trabaja como metalúrgico. La hija de él es precisamente la ahijada de Lucas.

Lucas palma jugó el en Club Eva Perón y hace cuatro años se fue a Boca. “Es un excelente chico. Más allá de que vivimos en una zona complicada, él siempre ha sido un chico muy educado y con humildad, siempre. Cuando en casa faltaba algo o no alcanzaba, él salía a juntar aceitunas y a hacer changas. Muchas veces no teníamos para comprarle zapatillas. Pero él salía a trabajar para salir adelante”, concluye su padre.

Por redacción