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Es inevitable pensar que se trata de una maniobra para obtener o asegurarse una mayoría favorable”, afirmó el diputado Marcos Niven. Y reclamó la sanción de una ley que le impediría al gobernador nombrar como ministros del alto tribunal a figuras de su entorno.

A esta altura, es un clásico de la era cornejista: el Partido Demócrata, uno de sus aliados electorales, criticó y puso condiciones para aprobar una ley del Gobierno.

Y se trata nada menos que de la reforma de la Suprema Corte de Justicia de la provincia. Una norma muy conflictiva, surgida en medio del fragor de la pelea de Alfredo Cornejo con buena parte de sus integrantes, y que propone, entre otras medidas “sísmicas” elevar de 7 a 9 el número de miembros del alto tribunal.

El único diputado del PD, Marcos Niven, mantuvo una reunión con el presidente partidario, Carlos Balter, y plantó bandera sobre esta iniciativa. “Dado el conflicto que tiene el gobernador con la Corte, que es público y notorio, es inevitable pensar que se trata de una maniobra para obtener o asegurarse una mayoría favorable”, criticó el legislador, sobre la ampliación de miembros de la Corte provincial.

De este modo, Cornejo obtendría la reforma, pero en los 60 días posteriores a la sanción (tiempo previsto para que entre en vigencia), tendría una limitación para nombrar a los nuevos ministros de la Corte.

“La única forma de demostrar que no se trata de una maniobra es que los candidatos que propongan sean de reconocida independencia, en especial, del oficialismo. Recién en ese momento serán creíbles en eso de que querían más jueces para agilizar las sentencias“, dijo el demócrata.

A lo que agregó: “Esto se logra dando cumplimiento a mi proyecto, el cual suma al requisito de la idoneidad, el de la absoluta independencia”.

Un proyecto convertido en dos

El PD había presentado un proyecto para evitar el nepotismo en cargos públicos. Esa idea incluía la cláusula que impediría, por ejemplo, nominar para ministro de la Corte a figuras políticas del entorno de Cornejo.

Ahora la parte del proyecto que condiciona esas designaciones fue separada y realzada, en un intento de los demócratas para tratar de incidir en la discusión de los cambios en la Corte.

A la par, el PD lanzó su también clásica queja contra Cornejo, por no haber consultado ni acordado con los demócratas las características de la reforma. El reclamo no es para nada nuevo y confirma que las dos experiencias electorales de Cambia Mendoza no han sido reflejo de cohesión política entre la UCR y los demócratas.

Los recelos aparecen nuevamente cada vez que un proyecto de Cornejo no tiene consenso amplio en la Legislatura y requiere de los votos de los socios del radicalismo. Es el caso de esta reforma judicial, que cuenta con muchos detractores en el PJ.

En el Senado, en principio, no habría problemas. Más allá de ciertos gestos de rebeldía en el bloque oficialista, los senadores radicales cuentan con mayoría propia para aprobar cualquier proyecto.

Diputados tiene un escenario diferente y más complejo para el Gobierno. Allí, a Cornejo le hacen falta los votos de tres legisladores extrapartidarios (Niven, Guillermo Pereyra del massismo y Pablo Priore del PRO) para tener mayoría e imponerse al PJ.

Los socios lo saben y uno de ellos acaba de hacer su juego.

Fuente: Diario Mdzol