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En esta edición "El mono enjaulado" nos trae una temática de actualidad por demás interesante, sobre la que nos invitan a reflexionar.

El embarazo adolescente es aquel que se produce cuando la mujer aún se encuentra atravesando la etapa entre la adolescencia inicial y el final de la misma, entre los 10 y los 19 años de edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

La gran mayoría de los embarazos en adolescentes son considerados como embarazos imprevistos o no deseados, provocados por la práctica de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos.

El embarazo en la adolescencia produce una crisis de identidad y el proceso de madurez de sujeto. Esta situación afecta a la persona en tres aspectos de su vida, el ámbito social, el físico y el personal.

La adolescencia se ve interrumpida como consecuencia del embarazo. Hay que considerar que los adolescentes son fértiles antes de ser emocionalmente maduros.

Es necesario concientizar a los jóvenes sobre los métodos anticonceptivos que existen en las diferentes instituciones, desde las escuelas, familias, centros de integración comunitaria, campañas de prevención, medios de comunicación, etc. Brindar una adecuada educación sexual a nuestros chicos para que puedan disfrutar su adolescencia, sus procesos y tiempos necesarios para madurar y poder decidir conscientemente sobre su proyecto de vida personal.

Algunos datos

  • Unas 16 millones de mujeres de entre 15 a 19 años y aproximadamente, 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos.
  • Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a 19 años en todo el mundo.
  • Cada año, unos 3 millones de mujeres de entre 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos.
  • Los bebés de madres adolescentes se enfrentan a un riesgo considerable de morir que los nacidos de mujeres de entre 20 a 24 años.

 

En la Argentina:

– En el 2015 se registraron en el país 2787 nacimientos de madres menores de 15 años, sobre un total de 770.640 nacidos vivos. La cuenta es simple y da escalofríos: son 8 nacimientos por día, es decir que cada 3 horas una niña de entre 10 y 14 años tiene un bebé.
– La tasa de fecundidad de adolescentes de hasta 14 años oscila entre un mínimo de 0,39 por mil en la Ciudad de Buenos Aires a un máximo de 5,18 por mil en Chaco, incluyendo altos valores también en provincias como Formosa y Misiones
-Las complicaciones del embarazo -hemorragia, sepsis, parto obstruido y por abortos inseguros- son la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años, de acuerdo con un informe de la OMS.

En cuanto al acceso a la educación, el informe de Unicef revela que estar fuera del sistema educativo duplicaría las probabilidades de ser madre. De todas maneras, entre quienes permanecen escolarizadas es frecuente que abandonen sus estudios al poco tiempo de conocer su embarazo. Los testimonios reflejan sentimientos de vergüenza, situaciones discriminatorias y una fuerte presión para que asuman su rol materno, situación que se combina con condiciones materiales.

Causas

  • Falta de información
  • Falta de comunicación con los padres
  • Ser víctima de violaciones
  • Desconocimientos de métodos preventivos eficaces
  • Los adolescentes no solicitan anticonceptivos por vergüenza o miedo
  • Estar bajo los efectos de droga o alcohol
  • Uso incorrecto de métodos anticonceptivos
  • Existencia previa de un aborto espontáneo
  • Relaciones familiares complicadas y/o con violencia
  • Predominio de amor romántico en las relaciones sentimentales de los adolescentes.

Datos para pensar

La psicoanalista Laura Kait afirma que la adolescente cree que haciéndose madre asegura su identificación futura como mujer, pero eso es una ficción. A una nena de 14 años que tiene un hijo no la hace más madura ser mamá, al contrario, suelen ser actos de inmadurez. Pero al mismo tiempo no es necesario tener 14 años para ser madre adolescente. Una mujer de 25 o 38 años puede tener un embarazo adolescente, porque una mujer que tiene los atributos de ser madre no piensa que exclusivamente un hijo la va a hacer mujer. Las buenas maternidades funcionan en mujeres consientes que desean tener un hijo.

Fuente: Estudiantes Psicología UC